
Anoche compartía con unos amigos, todos con pretensiones de chef, en un conocido bar-restaurante dominicano. Sin que pueda precisar cómo tocamos el tema de las carnes congeladas. Uno de los participantes de la cena dijo una tremenda insensatez: que no convenía congelar la carne antes de ser consumida. Eso es un soberbio disparate, que además es muy peligroso. Suelo ir a comer, y conversar con su experto dueño, al restaurante argentino «Don Nestor». Insistentemente Nestor recomienda no procesar en la brasa la llamada carne fresca. ¡No! La carne debe ser congelada por lo menos dos semanas antes de usarla. Mi querido amigo Nestor, nacido y criado...